Aunque la vitamina D es conocida como la «vitamina del sol», podría ser tan importante para el cuerpo y la mente también durante la noche. Los estudios sugieren que la luz solar nos da un impulso de vitamina D durante el día para apoyar nuestros niveles de energía, estado de ánimo equilibrado y salud mental; y durante la noche, los niveles saludables de vitamina D ayudan al cerebro a dormir bien y a un correcto desarrollo neurológico.
La vitamina D apoya la salud y el desarrollo del cerebro
Algunos científicos consideran que la vitamina D es una hormona activa en el cerebro o neuroesteroide [1, 2]. El receptor de vitamina D (VDR) y la enzima responsable de la síntesis de la forma activa de esta vitamina están presentes en el cerebro [3].
Los estudios indican que esta vitamina es importante para el desarrollo del cerebro, mientras que la deficiencia se ha asociado con una amplia gama de enfermedades psiquiátricas y neurológicas [1, 5].
La investigación limitada sugiere que la vitamina D puede proteger las células cerebrales al activar las vías de desintoxicación (producción del antioxidante glutatión, inhibición del óxido nítrico). Además, algunos científicos creen que también ayuda a producir proteínas que aumentan la supervivencia de las células cerebrales en el envejecimiento del cerebro y en enfermedades neurológicas (neurotrofinas). [7,8].
Según estudios epidemiológicos, las bajas concentraciones de vitamina D están asociadas con:
- deficiencias en la función cognitiva, como problemas de memoria y orientación [9,10,11].
- diagnóstico de demencia y enfermedad de Alzheimer [12].
- mayores tasas de experiencias psicóticas y esquizofrenia [13,14,15].
La vitamina D puede mejorar el estado de ánimo y la cognición
Los estudios sugieren que los niveles bajos de vitamina D en la sangre están asociados con un estado de ánimo bajo, funciones cognitivas deterioradas y demencia [16].
Desempeña un papel en la enfermedad de Alzheimer
Similar a la teoría mencionada anteriormente, algunos científicos sospechan que la deficiencia de vitamina D es prevalente en pacientes con enfermedad de Alzheimer y demencia. En un par de estudios, los pacientes con enfermedad de Alzheimer tenían niveles sanguíneos más bajos de esta vitamina en comparación con individuos sanos de la misma edad [17,18].
En un estudio, los niveles en sangre de esta vitamina por debajo de 50 nmol / L se asociaron con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer y demencia [19]. Aunque estos hallazgos son prometedores, se necesitan estudios adicionales para determinar el vínculo entre la deficiencia de vitamina D y la enfermedad de Alzheimer. Idealmente, los estudios futuros también deberían tener en cuenta los factores genéticos (incluidos los genotipos APOE4).
Los estudios en animales y células sugieren que la vitamina D puede prevenir el Alzheimer al estimular a las células inmunes a descomponer la amiloide-β acumulada en el cerebro, lo que juega un papel causal en la enfermedad. Los estudios en humanos no han confirmado estos hallazgos [20,21].
Los niveles normales de vitamina D apoyan el equilibrio emocional ytambién es necesaria para el correcto desarrollo del cerebro y la función cognitiva. Estudios han relacionado la deficiencia de vitamina D con problemas cognitivos, trastornos del sueño, depresión y enfermedades neurológicas como el Alzheimer y el Parkinson.
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